La gastronomía y el arte son dos elementos que desde siempre han ido cogidos de la mano. La comida, hoy en día, ha sido liberada de sus aspectos más inmediatos y materiales, y se ha convertido en un vehículo con el que el artista y chef pretende transmitir unas sensaciones que llegan a abarcar los cinco sentidos. Así pues, de la misma manera que los atuendos que llevamos han perdido su mayor funcionalidad que es la de proteger y abrigar, la comida, además de ser un elemento esencial para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, se ha convertido en una experiencia que abre puertas a dimensiones sensitivas jamás conocidas.

La disciplina que convierte la comida en creaciones artísticas y de diseño recibe el nombre de “arte gastronómico”. El objetivo de este es reinventar lo tradicional y convertirlo en algo innovador, atractivo y creativo. Un ejemplo donde la gastronomía se mezcla con el arte tiene que ver con una serie de restaurantes del Distrito 41 de Madrid. En el marco de la 3a edición del Salón de Arte Moderno, los chefs crearon un nuevo programa gastronómico cuya fuente de inspiración fueron, precisamente, las creaciones artísticas de grandes maestros del siglo XX como Antoni Tàpies, Pablo Picasso, Luis Feito, Joan Miró, Salvador Dalí, o Antonio Saura, con el objetivo de recrear sus obras con comida, demostrando así que su maestría va más allá de los fogones.

Otro proyecto que fusiona arte y gastronomía es la exposición Primario que, hasta el 30 de mayo podrá visitarse en el Museo Muñoz Sola en Navarra. El artista Mikel Belascoain y la chef Laura Veraguas unen pintura y comida en una instalación que permite al espectador sumergirse literalmente en la obra, ya que el público tendrá la opción de comer una síntesis de la exposición en algunos restaurantes de la propia localidad navarra. Se trata de un proyecto gastronómico que nace de la necesidad de renovar nuestra mirada hacia el mundo vegetal y su inteligencia para transformarla en alimento social que, además de ser enriquecedor, es una buena forma de colaborar con productores, hosteleros y creadores locales.

 

Emplatado del restaurante Cinco Jotas Jorge Juan de Madrid